ASTROLOGIA DRACONICA Y PROFESION
por Jerónimo (Jerry) Brignone
(presentado el 17 de abril de 2011 en ocasión de la ceremonia de celebración de los 50 años de la creación del Centro Astrológico de Buenos Aires y el 10 de junio de 2011 en el 28° Congreso Ibérico de Astrología en Barcelona)
Aunque no estemos acostumbrados a pensarlo de ese modo, la Carta Natal es un ente colectivo: obviamente los planetas no son “nuestros”, pese a que los astrólogos hablamos cotidianamente de “mi Venus” o “su Ascendente”. Y este ente colectivo es significado por una tradición milenaria también colectiva. Sus componentes, en el momento de nuestro nacimiento, estaban “allí afuera”, para todos, y quizás ése sea entonces el plano en donde expresa sus potencialidades y significados más genuinos. De hecho, es mucho más interesante, desde el punto de vista simbólico, el modo en que la Carta Natal de Sigmund Freud expresa la teoría freudiana, que los diversos avatares de su vida personal o lo que sabemos de su mundo interior. Lo mismo puede decirse de la de Karl Marx, y la de tantas otras personas que han hecho alguna contribución de relevancia a la comunidad. Aquello que hacemos laboralmente, le demos o no una óptica trascendente en nuestras vidas tan problematizadas de hoy en día, es aquello que estamos contribuyendo al medio del cual emergemos, y dicha contribución, además de nuestra descendencia o los frutos de nuestras acciones personales cotidianas, es una herencia concreta que estamos dejando a la posteridad en nuestro paso por esta vida. Así, algo aparentemente tan prosaico o material como nuestro trabajo, quizás sea la expresión más real de la posible “misión” que podría reflejar la Carta Natal en cuanto símbolo trascendente, incluidas las connotaciones espirituales de esa palabra.
Por ello, una de las aplicaciones en donde la Astrología puede prestar servicios prácticos más eficaces a los seres humanos es el de la orientación vocacional. La mayoría de nosotros debe ocuparse de su propia supervivencia y de la de los suyos desempeñándose en alguna actividad, y ocupa en ello una gran parte de las horas que estamos despiertos. La Carta Natal sigue vigente durante todo ese tiempo, y en el caso de no estar cumpliendo con una tarea afín a las propias potencialidades, capacidades y tendencias, la sensación de inadecuación y empobrecimiento existencial es muy grande. Esto es igualmente aplicable a aquellas personas que no están obligadas a hacerlo por presiones económicas, dado que el impulso a contactarse con los demás y a realizar actividades productivas para uno y para la sociedad es una tendencia natural en el ser humano. Advertimos generalmente que las personas que parecieran expresar una gran plenitud personal y alegría de autorrealización están realizando actividades que están plenamente reflejadas por el simbolismo de sus significadores vocacionales y su Carta Natal toda. De hecho, los cambios de vida más espectaculares y positivos que hemos visto realizar a personas a partir del asesoramiento astrológico son aquellos vinculados al señalamiento de posibilidades laborales que no habían sido imaginadas o consideradas seriamente, y que, en el momento que fueron tomadas en cuenta, dieron un nuevo giro dramático a su potencia personal, su autopercepción y su calidad de vida toda.
Los principales significadores de vocación, profesión y ocupación (por un momento tomaremos los tres términos como referidos al mismo ámbito) son tradicionalmente el Sol (su posición por signo y casa, sus aspectos principales, la situación de su dispositor y del planeta explorador, es decir, el que antecede inmediatamente al Sol en el orden zodiacal), el Mediocielo (y por extensión la casa X y sus ocupantes, así como las otras dos casas del así llamado Triángulo de Tierra: la II y la VI, considerando en los tres casos el signo en la cúspide, sus regentes, los planetas aspectando a las cúspides con orbes pequeños, y sobre todo, muy especialmente, los planetas ocupantes). También se suelen tener en cuenta el planeta más elevado, el Parte de la Profesión (Mc + Luna – Sol), el Ascendente y todo lo que se le asocie (particularmente planetas presentes en el segundo signo de la casa I), la Luna Nueva prenatal, planetas ferales o inaspectados, planetas en excelente estado celeste, Marte como significador de actividad y la casa XI como derivada (II de X), todo por supuesto en el contexto de la Carta Natal como conjunto. Una vez considerados todos estos significadores, algunos se reiterarán por demás y serán indicadores laborales privilegiados de esa Carta en particular.
Sin embargo, según nuestra experiencia, existe otra dimensión de la Carta Natal menos atendida en cuanto a esta perspectiva y que muestra de un modo también contundente la participación del individuo en el ámbito colectivo a través de sus actividades, y es la de la consideración de las posiciones dracónicas.
Venimos observando desde hace veinticuatro años el funcionamiento del Zodíaco Dracónico y su relación con las posiciones natales trópicas (es decir, las referidas al Punto Vernal como 0º de Aries), convenciéndonos cada día más de su gran importancia y valor. Recordemos que este Zodíaco se inscribe también en la Eclíptica, teniendo como punto de origen el Nodo Norte de la Luna, desde donde se cuentan los habituales doce signos zodiacales iguales de 30º, y que es usado cada vez más frecuentemente desde la década del ’50 y, sobre todo, del ’70. Dada la dimensión lunar que se suele aplicar a esta faceta de la Astrología (puesto que las posiciones dracónicas se miden desde el Nodo Norte de la Luna), las interpretaciones normalmente hacen hincapié en aspectos emocionales, anímicos, interiores e inclusive espirituales, posiblemente de una mayor profundidad que las indicadas por el Zodíaco Trópico.
Sin embargo, hace un par de décadas, cuando nos hallábamos enfrascados en la aplicación de estadísticas a la Astrología, a la hora de ver reflejados grupos profesionales en el simbolismo clásico de los signos zodiacales, más que las posiciones trópicas habituales, o inclusive las del Zodíaco Sidéreo con el ayanamsa de Fagan, eran por lejos las posiciones en los signos dracónicos las que mejor funcionaban, particularmente en el caso del Sol.
Quizás la respuesta a este enigma de por qué algo que al parecer reflejaba en principio una dimensión más bien interior reflejara tan acabadamente una manifestación tan exterior respecto del mundo como es lo profesional, se halle en la interpretación que milenariamente han dado los hindúes al Nodo Norte, al que llaman Rahu. Lejos de los rasgos suavemente benignos que la tradición occidental han asignado a este punto, y sobre todo desde que Dane Rudhyar le otorgara una naturaleza kármica positiva, un aspecto de nuestra personalidad a desarrollar para propiciar el crecimiento del alma, la astrología hindú le asigna una oscura dimensión transpersonal y colectiva, similar a la que en Occidente hemos dado a los transaturninos. Entre otras significaciones, se lo asocia con la inmersión en el campo anímico de las masas, la popularidad, la fama, el prestigio, el poder, el éxito material y hasta inclusive la tecnología. Estas significaciones no son necesariamente positivas, dado que al reflejar las aspiraciones del ego en el medio ambiente, puede haber una intoxicación del individuo al sumergirse en estas poderosas dimensiones. Los hindúes suelen interpretar que con un Nodo Norte posicionado en casas elevadas, en el momento de su activación (generalmente por la técnica más popular usada por ellos, los períodos planetarios), el sujeto tiene a vivir una importante elevación social.
Por otro lado, el astrólogo alemán Reinhold Ebertin, en su clásica Combinación de las Influencias Estelares, le asigna la significación de vínculos y asociaciones, y sin duda las asociaciones más poderosas que podemos establecer son aquellas que entablamos con el medio ambiente a través de nuestra actividad ocupacional. E inclusive si pensamos al Nodo Norte desde la visión más difundida en las últimas décadas en Occidente, es decir, como un contenido a desarrollar para nuestro crecimiento individual, el ejercicio en el ámbito colectivo o social de aquello que se le derive (tal como las posiciones dracónicas) puede ser un canal privilegiado para lograr dicho crecimiento y es probable que el individuo lo busque naturalmente.
Siguiendo las prácticas de los primeros cultores del enfoque dracónico (Ronald Davison, Dennis Elwell, Marc Penfield y Pamela Crane), consideramos en su interpretación fuertes preponderancias por elemento, ritmo o signo (stellium) dracónicos; Ascendente, Sol y Luna dracónicos, con sus reposicionamientos trópicos por casa, la función particular del Regente del Ascendente dracónico (mediado por su versión trópica); y conjunciones y oposiciones con 5° de orbe entre planetas dracónicos y trópicos, así como entre planetas y cúspides, sobre todo angulares. Podremos interpretar todos los símbolos mencionados como fundamentales en la perspectiva vocacional de la persona.
En este trabajo utilizaremos las posiciones dracónicas surgidas del Nodo Medio de la Luna, el cual ha sido utilizado milenariamente tanto en Occidente como en la India. Nuestra experiencia personal nos ha llevado a descartar como menos expresivas las posiciones surgidas del Nodo Verdadero (también llamado Nodo Instantáneo), el cual comenzó a incluirse en algunas efemérides astrológicas (Michelsen) recién en la década del ’80, dada la dificultad de su cálculo, y que ahora se encuentra disponible como opción en casi todo programa de computación. Si bien algunos astrólogos lo prefieren, quizás por reflejar la intersección exacta en un momento dado de la órbita de la Luna con la Eclíptica (o por la seducción semántica de la palabra “Verdadero”), el chequeo sistemático de ambas posiciones en cientos de Cartas, que a menudo difieren en poco más de un grado, cuando no menos, sobre todo al confrontar las Revoluciones Solares Dracónicas (que suceden cada once meses cuando el Sol y el Nodo repiten su ángulo natal) y que muestran diferencias radicales (hasta a veces con un día entero de diferencia), nos ha llevado a convencernos de la conveniencia de utilizar el tradicional Nodo Medio.
Pasaremos a ilustrar lo hasta aquí referido con un primer ejemplo, la famosa cantante norteamericana Madonna, nacida a las 7:05 horas del 16 de agosto de 1958 en Bay City, Michigan (83w54, 43n46; GMT 12:05; fuente: partida de nacimiento, Astrodatabank). La fuerza de Virgo en su Carta Natal trópica puede expresar el gran puntillismo y laboriosidad por la cual es famosa, así como el seudónimo con el cual se la conoce desde pequeña (“Madonna”: la Virgen). A esto último puede aportar también el arquetipo de la Luna ascendiendo, así como a su fama. Pero no parece expresar a primera vista su elección ocupacional, así como tampoco su Mediocielo en Géminis, con Mercurio, regente tanto del mismo como del Ascendente, en Virgo y en casa XII. Leo como signo solar por supuesto refleja su creatividad, protagonismo e inclinación a las tablas, pero su posición en casa XII, si bien puede dar cuenta de la faceta actoral, no da una idea de su gran proyección, su carácter transgresor y el canto y la danza de los cuales se ocupó principalmente.
Si miramos la versión dracónica de esta misma Carta, las cosas ya toman otro cariz: el núcleo que rodea al Ascendente se halla ahora en Acuario, mucho más afín con la figura transgresora, cambiante y fuertemente apoyada en la tecnología que conocemos, amén del mundo del rock en general.
Sin embargo, las mayores revelaciones se dan a la hora de combinar las dos cartas, trópica y dracónica, superponiéndolas: el Sol en Capricornio, que denota a la dura empresaria que supo ascender socialmente y superar todos los obstáculos, se reposiciona en la casa V trópica, la de la creatividad, la autoexpresión y la autoexposición (de hecho hay cuatro planetas dracónicos ahí dentro, con, además el artístico Venus cerca de la cúspide). Por otro lado, el Ascendente dracónico en Acuario angulariza con suma exactitud al Urano en Leo natal, reforzando el individualismo, la creatividad, la inventiva y el show-bussines. Asimismo, el Mediocielo en Escorpio también subraya el carácter transgresor de Urano y Acuario por el cual fue tan reconocida, así como los matices fuertemente eróticos que tuvieron muchos de sus temas y espectáculos. Pero más importante es que ese Mediocielo angulariza a Neptuno, vinculado a la música, los cambios camaleónicos, el espectáculo, los mass-media e inclusive la perversión sexual con la que jugó deliberadamente en algunos de los espectáculos que la hicieron famosa.
Si duda una Carta no invalida a la otra, sino que la complementa, uniéndose sus significados, tanto al superponerlas como al tomarlas cada una por su lado.
En el caso de Albert Einstein, nacido a las 11:30 horas del 14 de marzo de 1879 en Ulm, Alemania (10e00, 48n24; GMT 10:50; fuente: partida de nacimiento, Astrodatabank), la posición del Sol en Piscis y la de la Luna en Sagitario como regente de un Ascendente en Cáncer parecen reflejar el alcance cósmico de su teoría de la Relatividad, así como su misticismo, sus inclinaciones musicales y algunos rasgos de carácter (en general bondadoso y distraído, aunque haya registro de arranques temperamentales de los que no dan cuenta estas posiciones). ¿Pero dónde está el científico, que al fin y al cabo fue antes que nada su profesión? Podemos asociarlo quizás con su conjunción Mercurio-Saturno en Aries en casa X (aunque Saturno está en caída), quizás con el Marte exaltado en trígono a Plutón, pero nada de ello parece vincularse cabalmente a los ángulos o al regente del Ascendente de un modo de que esté debidamente personalizado.
Cuando miramos en cambio su Carta Dracónica, encontramos al analítico signo de Virgo en el Ascendente, con su regente Mercurio en regencia en Géminis, signo del Mediocielo, y conjunto al Saturno antes mencionado, también en Géminis. Aquí ya hay un contenido intelectual y actuante con la materia más acusado, incluida la relación del Sol, ahora en Tauro, con lo material, y la Luna en Acuario, signo científico por excelencia.
Pero al superponer las posiciones dracónicas con las trópicas, encontramos una mayor definición del hombre de ciencia: el Marte dracónico conjunta al Sol trópico, y el Sol dracónico conjunta a Plutón trópico: los dos regentes de Escorpio (signo también vinculado a la investigación científica) se unen al Sol, mostrando no solo la relación contundente y agresiva con la realidad de ambos planetas y que acompaña la investigación física, sino aquella lamentable que tuvo con la creación de la bomba atómica que causaría matanzas masivas de las cuales nunca pudo recuperarse, en términos de culpa. De hecho, se convirtió luego en un decidido pacifista, también reflejado por la conjunción del Mediocielo dracónico a Neptuno, que también evoca las dimensiones cósmicas de la teoría de la Relatividad.
Wolfgang Amadeus Mozart nació a las 20 horas del 27 de enero de 1756 en Salzburgo, Austria (13e01, 47n48; GMT 19:07:56; fuente: registrado por su padre, American Book of Charts). Hay elementos que indudablemente muestran al genio creativo: el Sol y Mercurio, regente del Ascendente y del Mediocielo, en Acuario y en casa V junto al regente antiguo del signo (Saturno), mientras el regente moderno Urano hace oposición al Ascendente. ¿Pero dónde aparece el artista, y más específicamente, el músico?
Es cierto que el Sol está opuesto a Neptuno, pero no parece suficiente, quizás en la Carta Dracónica haya más claves: el Sol ahora se encuentra también en la casa V pero en regencia, en Leo, junto a Mercurio y el ya mencionado Saturno. La Luna en Cáncer también aporta mayor sensibilidad, así como el Ascendente Piscis, sin duda vinculado a la música: la oposición Neptuno-Sol ahora está mucho más personalizada por regir aquél el Ascendente.
Al superponer las dos cartas, vemos entrar a Venus en escena: Neptuno dracónico lo conjunta (música), mientras el Venus dracónico está en orbe de conjunción con el Ascendente. Venus, Leo, Neptuno, Piscis, casa V, Cáncer… ahora sí parece haber más elementos para comprender por qué tenemos entre manos la carta de un músico, y no solo la de un genio creativo (que podría sino haberlo sido en cualquier otro ámbito).
Por supuesto que si analizamos cada una de las Cartas trópicas mencionadas con mayor detenimiento y otras herramientas, habría elementos para comprender también el por qué de esa orientación vocacional en particular que hizo aportes tan importantes a la sociedad: los puntos medios, las armónicas, un análisis más fino de las interacciones planetarias y las regencias por casa, etc. Pero el objetivo aquí es el de una mirada somera a los principales elementos de la Carta y cómo pueden las posiciones dracónicas aportarnos otra información complementaria en muchos casos más esclarecedora.
Vimos las cartas de un científico y de dos artistas de orientación muy diferente. Le toca a hora a un político: George W. Bush Jr., nacido a las 7:26 horas del 6 de julio de 1946 en New Haven, Connecticut (72w55, 41n18; GMT 11:26; fuente: partida de nacimiento, Astrodatabank), y cuya Carta Natal en parte explica lo que conocemos de él, aunque no completamente. Durante años fue quizás la persona que tuvo mayor poder político en el mundo, con una política exterior agresiva y un alto grado de apoyo de su pueblo, expresado en su reelección tanto como gobernador de Texas como en el cargo de presidente de los Estados Unidos. Su Carta Natal trópica muestra en parte este poder con un Mediocielo en Aries y un Ascendente Leo y Plutón en Leo presente en la casa I, junto a otro planeta personal, Mercurio. Pero el regente del Ascendente va a la casa XII y en Cáncer, lo que parecería debilitar a ese signo ascendente. Tampoco la Luna en conjunción a Júpiter en Libra muestran la actitud despótica con la que lo percibió buena parte del mundo, aunque sí su relativa popularidad, el costado social de lo político y su eterna sonrisa.
Las posiciones dracónicas muestran otro panorama: el Sol se halla ahora exaltado en el belicoso Aries y la Luna, en regencia en Cáncer, conjunta a un Júpiter exaltado (popularidad). Las luminarias y el gran benéfico así dignificados dan una mayor idea de poder personal, así como el regente del Ascendente (Venus) en la casa I.
De nuevo, al superponer ambas posiciones, dracónicas y trópicas, es cuando termina de aparecer el accionar social característico: el Sol dracónico en Aries está en una exactísima conjunción al Mediocielo trópico, y la conjunción de Luna y Júpiter en Cáncer dracónico se une al Saturno trópico, otorgándole matices emocionales y personales mucho más duros, y en todo caso, completamente asociables a la política (Júpiter y Saturno como planetas sociales, la Luna masas y el Sol en Aries conjunción Mediocielo, liderazgo y poder ejercidos en forma muy personalista).
La Carta Natal de Christian Dior, nacido a las 1:21 horas del 21 de enero de 1905 en Granville, Francia (1w36, 48n50; GMT 1:21; fuente: partida de nacimiento, Astrodatabank), tiene algunos elementos que no tan típicos de la actividad a la que se dedicó: sobre todo el Ascendente Escorpio, al que conjunta Marte desde la casa XII, no dan una idea del diseñador de moda. El Sol en Acuario en casa III tampoco, a menos que lo pensemos desde la connotación innovadora del signo, pero es poco convincente. La Luna en regencia en Cáncer elevada y Venus exaltado en Piscis en la casa V por supuesto refieren a la estética y el mundo de la moda y lo femenino, pero no se relacionan con nada muy personal de la Carta (sea por posición -la Luna está en casa IX- o aspectos a los ángulos o regencias de casas).
De nuevo la Carta Dracónica nos muestra una dimensión complementaria más convincente: el Ascendente es Tauro, de por sí más vinculado a lo artístico y disminuyendo el carácter belicoso del Marte que lo conjunta. Y ese Venus de la casa V deviene en regente del Ascendente, hallándose en regencia en el elegante y esteticista signo de Libra. Por otra parte, el Sol en Leo ofrece un mejor retrato del artista creativo, y sigue por supuesto opuesto a la Luna elevada, ahora en Acuario, que también puede asociarse a la moda y la innovación.
Y es esa Luna la que adquiere protagonismo al superponer las dos cartas, dado que está en exactísima conjunción al Fondo del Cielo, es decir muy angular y en aspecto mayor al Mediocielo: el mundo femenino y el de la moda en general, con matices renovadores.
Para finalizar esta exposición, creemos que el caso de Bill Gates es también ilustrativo. Nació a las 22 horas del 28 de octubre de 1955 en Seattle, Washington (122w19, 47n36; GMT 6:00 del día 29; fuente: autobiografía, Astrodatabank), con una Carta Natal trópica que explica su contacto con la informática al contener a Urano en la casa I y la Luna, regente del Ascendente, ir a posicionarse relativamente angular en la casa X, denotando su impacto masivo y su carácter pionero, dado que está en Aries. El Sol en Escorpio podría asociarse al aspecto financiero de su emprendimiento, pero las computadoras y la informática parecen necesitar mayor expresión astrológica, y ello es provisto por las posiciones dracónicas.
El Sol dracónico está en Acuario, y así adquiere mayor relevancia su cuadratura al Urano en casa I, que ahora está en Escorpio, signo en donde muchos astrólogos lo han exaltado, y que en todo caso, como combinación, tiene un matiz más científico que en su posición trópica. La Luna elevada no pierde su connotación de popularidad y proyección masiva: todo lo contrario, ahora está en regencia en Cáncer, dueña del Mediocielo.
Y nuevamente al combinar las posiciones trópicas con las dracónicas las cosas terminar de tener un sentido: Mercurio dracónico está en una muy exacta conjunción al Descendente, es decir muy angular y en aspecto mayor al Ascendente: el planeta de la comunicación y el comercio, combinado con el Acuario del Sol y el Urano exaltado en casa I, ya nos simbolizan el mundo de la informática, y el hecho de que Urano dracónico haga exacta conjunción a la cúspide de la casa V trópica y que el Ascendente dracónico conjunte al Sol trópico natal en Escorpio, nos dan también la noción de la creatividad y el impacto personal del sujeto (con los matices científicos y financieros), ayudado por la Luna en regencia conjunta al Mediocielo.
Como ya dijéramos, estas observaciones no pretenden desechar o minimizar el valor de los significadores vocacionales y laborales tradicionales de una Carta Natal, sino agregar otro enfoque complementario que creemos que en la mayoría de los casos se revela como muy sugestivo y una herramienta ideal para optimizar nuestra consejo a las personas necesitadas de una orientación en lo referido a lo ocupacional, dado que es un área trascendente de realización personal dentro del ámbito colectivo, y las posiciones dracónicas parecerían reflejarlo de un modo muy productivo.