EL INDOEUROPEO, MADRE DEL IDIOMA GRIEGO

El indoeuropeo, una reconstrucción lingüística fascinante de los dos últimos siglos, es considerado la lengua madre del griego. A continuación ofrecemos algunos fragmentos de una ficha de cátedra de la UBA escrita por Roxana Nenadic, Martín Pozzi y Gustavo Dajoutas, con el añadido de sugerencias de algunas lecturas introductorias muy recomendables.

 

NOCIONES FUNDAMENTALES

Cuando en el curso del siglo XVIII llegó a conocimiento de Occidente el sánscrito -la lengua de la antigua literatura india-, lo que más llamó la atención de los lingüistas fue, además de la gran antigüedad de la cultura india, la asombrosa semejanza de esta lengua con la latina, la griega o la alemana.

Al principio, esta relación mutua se concebía en términos de una paternidad lingüística del sánscrito respecto del resto de las lenguas clásicas y modernas conocidas. Así como se creía que la antiquísima cultura de la India había sido la fuente antropológica de la cultura europea, también el sánscrito debía ser la madre de las lenguas latina, griega, alemana y otras lenguas europeas. Ese error se mantuvo esporádicamente hasta la primera mitad del siglo XIX. En 1786 Sir Wiliam Jones demostró que el sánscrito estaba relacionado con el griego y el latín a partir de la comparación de una serie de formas lingüísticas que mostraban una gran semejanza entre sí, tales como los numerales, los nombres de parentesco, las desinencias del tiempo presente y ciertas raíces verbales. Un estudio más detallado pronto convenció a los investigadores de que el sánscrito no era la madre, sino la hermana mayor de estas lenguas europeas, y que todas ellas descendían de una primitiva lengua común que ya no se conserva.

El paso decisivo lo dio Bopp, quien en 1833 fundó el método comparativo. El grupo de las lenguas emparentadas con el sánscrito fue designado por los lingüistas alemanes con el nombre nada inocente de tronco indogermánico. Bopp, en campio, al igual que los franceses e italianos, utilizó el término indoeuropeo, mientas los ingleses en general las llaman lenguas arias (que descansa sobre hipótesis indemostrables y tampoco inocentes, ya que la teoría más difundida implica que los arios no fueron el pueblo “original”, sino simplemente uno más de toda la diáspora indoeuropea).

No entraremos en una exposición de los métodos comparativo y de reconstrucción interna, que estudian los casos de morfemas con similitudes aunque sea aparentes entre ciertas lenguas diferentes, y todo el formidable desarrollo científico que supuso este camino. Pero sí es interesante consignar algunos ejemplos:

LATIN   GRIEGO   GOTICO   SANSCRITO   INDOEUR.    SIGNIFICADO

Frater   phráter      brothar      bhrata             *bhrater          hermano

sto         éstee         stoth         asthat              *stha              detenerse/ponerse en pie

sedeo   hézomai    setun        sasada / sidati 

sido                        satjan       sadayati           *sed / *si-zd   estar sentado

fero       phéroo      bairan       bharati             *bher              llevar

septem  heptá        sibun        sapta                *septm           siete

servus   swora        varr          varuta              

vereor                                                                  *(s)(w)er       observar/custodiar

memini  maínomai  munan      manyate

moneo   mémona                     mamne            *men             recordar/advertir

vir                            waír          vira-                    *wiro             varón

animus  ánemos     (uz)anan    aniti                  *ane             respirar

 

Se consideran términos emparentados a “un conjunto de palabras que descienden de un ancestro común”, la única hipótsis de relación es histórica. Con términos emparentados, podemos hablar de una reconstrucción (el indoeuropeo), la cual gira en torno a la noción de que los cambios de sonido son mecánicos y se dan sin excepción dentro de cada lengua. Si una proto /-p/ se transforma en una /f/ en una lengua hermana, lo hace de ujna manera regular, y si existe alguna excepción, debe haber entonces un factor fonético condicionante. De acuerdo con la evidencia arriba mostrada, podemos concluir que existió cierto ancestro común que produjo /bh/ en sánscrito, /ph/ en griego, /f/ en latín  y /b/ en germánico. Si bien el supuesto idioma original no está documentado y no poseemos testimonios objetivos de sus formas, hay un alto grado de probabilidad de su existencia, la cual, por su carácter hipotético y parcial se marcan con un asterisco (*).

Actualmente la existencia de una lengua protoindoeuropea única es negada por muchos especialistas, quienes se inclinan a pensar en el desarrollo de una serie de dialectos cercanos muy emparentados entre sí, que habrían dado lugar a las distintas lenguas de la familia al irse separando gracias a las continuas migraciones. Siguiendo esta teoría no podría hablarse de una lengua indoeuropea, sino de un haz dialectal al que se denomina “indoeuropeo”.

Pero podemos postular que existió una lengua protoindoeuropea de la cual derivan su estructura peculiar y mucha de su sustancia los idiomas indoeuropeos documentados posteriormente, por lo que el protoindoeuropeo reconstruido es por método y definición uniforme pero no representa al real protoindoeuropeo, sin pruebas materiales.

PUEBLOS INDOEUROPEOS Y MIGRACIONES

Las migraciones llevaron a la lengua protoindoeuropea desde su lugar de origen –situado convencionalmente en la zona del Cáucaso- hacia otras comarcas en las cuales se fragmentó en dialectos. Unas migraciones marcharon hacia la meseta de Anatolia, otras hacia Irán y la India. La mayor parte de los lenguajes indoeuropeos derivan de una rama lingüística que originariamente se habría establecido en los alrededores del mar Caspio. Las primeras investigaciones situaron la “patria” indoeuropea en Europa y postularon dos ramas bien diferenciadas en cuanto a la evolución del lenguaje: la oriental y la occidental. Estudios más recientes indican que la lengua indoeuropea se habría desarrollado aproximadamente en el 4000 AC en Anatolia, como lo demuestran las excavaciones y el descriframiento de varios manuscritos en la actual Turquía.

El paisaje que puede colegirse a partir del vocabulario común de las lenguas indoeuropeas indica un espacio ubicado aproximadamente hacia el sur del Mar Negro y la península de los Balcanes. En este lugar se habrían asentado originalmente los hablantes del indoeuropeo para luego migrar hacia otros confines.

Una de las primeras migraciones se produce alrededor del 4000 AC: Este grupo migratorio, los Hititas, invaden Anatolia y dominan toda la meseta. Su lengua, el hitita, es considerada hoy en día el testimonio más antiguo de una lengua indoeuropea, gracias a la cual se conservaron grandes cantidades de tablillas escritas en este idioma, que permitieron un conocimiento acabado de su filiación indoeuropea.

Una de las teorías más populares indica que se habría producido una superpoblación en los dominios indoeuropeos originales, provocando un agotamiento de las reservas de alimentos, así como también de los recursos naturales. Esta situación explica el porqué de las migraciones de estos pueblos hacia tierras más fértiles, tales como el valle del Indo, Armenia y Grecia, aproximadamente en el 3000 AC.

Otro grupo importante, los antiguos europeos, estaban localizados hacia el oeste, en el norte del Mar Negro. Podría pensarse este lugar como una “segunda patria” indoeuropea. Se supone que se mantuvieron en el lugar bastante tiempo, después del cual comenzaron a emigrar gradualmente a la actual Europe (2000-1000 AC).

 

CLASIFICACION DE LAS LENGUAS INDOEUROPEAS

La familia de las lenguas indoeuropeas está conformada por los siguientes grupos lingüísticos:

INDOIRANIO: como su denominación indica, este grupo tiene dos ramas bien diferenciadas, el indio y el iranio. La forma más antigua conocida del indio es el sánscrito. Los primeros documentos arcaicos son los textos religiosos de los Vedas, que datan del 100 AC, aunque históricamente son anteriores. De esta lengua primitiva deriva el sánscrito clásico, aún utilizado en la India como lengua religiosa en nuestros días, vehículo de una vastísima literatura. De ésta derivan los denominados prácritos (dialectos populares) que conforman las lenguas actuales de la India, tales como el hindi, el marathi, el bengalí, etc. Respecto de la rama irania, ésta se encuentra documentada en dos variantes: la oriental, llamada avesta, y la occidental, denominada persa antiguo. Lamentablemente no se conservan muchos testimonios del estadio arcaico de esta rama, lo que vuelve imperfecto su conocimiento. El persa se habla actualmente, en su versión moderna, en Irán. Se presupone que este grupo habría migrado desde Europa central alrededor del 2000 AC y habría llegado a la India en el 1000 AC.

TRACIO-FRIGIO: comprende tres lenguas, el tracio, el frigio y el armenio, cuya tierra de origen era el sudeste de Europa. El tracio se hablaba en la mitad oriental de la península balcánica hastga que fue desalojado por el latín. Lo mismo sucedió con los frigios, pero a manos de los griegos. Los armenios son los más orientales del grupo, y su lengua es la mejor conocida, ya que se conservan testimonios de carácter religioso en armenio clásico. Respecto del tracio y el frigio están extinguidos y sólo conservamos unas pocas glosas y listas de nombres propios en estos idiomas.

ILIRIO: el ilirio se hablaba al norte de Grecia, en la parte occidental de la península balcánica. Esta lengua se conoce de manera parcial, dada la escasez de testimonios antiguos. Sufrió la romanización en el siglo II AC, aunque la lengua sobrevivió hasta el siglo VII DC.

VENETO: esta lengua autóctona se habló en Venecia. El véneto es conocido a través de unas pocas inscripciones breves datadas en los siglos VI - I AC. Aunque comparte algunos rasgos con el grupo itálico, constituyó una rama aparte del indoeuropeo.

TOCARIO: aparentemente esta lengua se hablaba en el Turquestán chino y presenta dos dialectos bien diferenciados conocidos como el tocario A y B. Se descifró recién en 1908 gracias al hallazgo de textos bilingües en sánscrito y en tocario. Dichos textos datan del siglo VII DC, y a pesar de su datación tardía, presentan rasgos muy arcaicos que confirman su pertenencia a la familia indoeuropea.

ANATOLIO: a principios del siglo XX se descubrieron los archivos del imperio hitita en Anatolia central. Se pudo descrifrar la lengua hitita de los documentos ya que estos incluían una versión sumeria de los textos. Estos pueden datarse entre el 1900 y el 1200 AC. Más tarde se descubrió otra lengua del grupo, el lutwio, estrechamente relacionada con el hitita. Se presupone que estas lenguas, hoy extinguidas, habrían sobrevivido en la época de los griegos y también probablemente en el período romano. Tanto el hitita como el lutwio se escribían por medio de caracteres cuneiformes.

HELENICO: esta rama está representada por el griego, fragmentado en una serie de dialectos, de los cuales los principales son el eólico, el dórico y el jónico. Hacia el siglo IV AC de estos emergió una lengua común, la koiné, que da lugar en su desarrollo al griego moderno. El griego está atestiguado aproximadamente desde el 800 AC con los poemas homéricos y por una vastísima literatura, lo cual permite un conocimiento acabado de su estructura. A principios de siglo se descubrieron dos variantes arcaicas, denominadas lineal A y B, de las cuales sólo la última fue descrifrada en 1952. A esta variante se la llamó griego micénico. El lineal A permanece desconocido, dado que está escrito en un silabario pictográfico que aún no ha sido posible descifrar.

ITALICO: este complejo grupo, localizado en la península itálica, estaba compuesto principalmente por dos subgrupos, el latino-falisco (integrado por una serie de dialenctos emparentados, de los cuales el latín y el falisco son los más documentados y mejor conocidos) y el osco-umbro (dos lenguas bastante documentadas por medio de inscripciones, sobre todo el osco, que logró un modelo literario uniforme mucho más uniforme que el umbro). Algunos especialistas rechazan esta división en subgrupos y postulan que el latino-falisco y el osco-umbro son dos grupos distintos a un mismo nivel dentro de la familia indoeuropea. La lengua latina se difundió debido a la gran expansión del imperio romano hacia gran parte de Europa, donde desplazó a los idiomas autóctonos. Del latín derivan las llamadas lenguas romances: el italiano, el español, el portugués, el catalán, el francés, el rumano, el provenzal (casi extinguido hoy en día), el rético (hablado en el sudeste de Suiza), el sardo (lengua oral de Sicilia) y el dálmata (extinguido en el siglo pasado).

CELTA: aunque los celtas fueron un grupo numeroso, no se han conservado mucho testimonios de su lengua, al menos en el período arcaico. La lengua mejor conocida del grupo es el galo, manifestada en glosas e inscripciones breves. Se encuentra muy emparentada con el bretón, la lengua hablanda en parte de Inglaterra en el siglo V DC. Otra variante importante del celta es el gaélico, escindido actualmente en dos variantes, el escocés y el irlandés. Si bien estas lenguas están documentadas de manera tardía (entre los siglos V y X DC), preservan un amplio vocabulario de raíz indoeuropea y gran parte de la estructura original de dicha lengua.

GERMANICO: si bien los pueblos germánicos fueron bien conocidos en la antigüedad, sus lenguas no fueron registradas hasta la Edad Media. Este grupo está integrado por el gótico (hablado por inmigrantes escandinavos que se asentaron en Europa oriental, particularmente en la zona de Crimea), el escandinavo, también conocido como islandés antiguo (la fuente del sueco, noruego e islandés modernos), el alemán antiguo (que ulteriormente da lugar también al holandés moderno) y el anglosajón, que con influencia del normando deviene en el inglés moderno.

BALTO-ESLAVO: este grupo se divide en dos ramas bien diferenciadas, las lenguas bálticas y las lenguas eslavas. Dentro de la primera agrupación está el prusiano antiguo, el lituano y el latvio. Aunque estas lenguas están documentadas en sus estadios modernos, son extraordinariamente arcaicas y permiten reconstruir con relativa fidelidad las características del báltico primitivo. Las lenguas eslavas se dividen en tres grupos (surgidos a partir de una supuestο eslavο primitivο): eslavo del este, compuesto por el ruso, el ucraniano y el bielorruso; eslavo del oeste, formado por el checo, el polaco, el eslovaco; y eslavo del sur, con el esloveno, el serbio, el croata, el búlgaro y el macedonio.

Como puede observarse, las lenguas “descendientes” del antiguo indoeuropeo son habladas en casi todo el continente americano, casi todo el continente europeo, buena parte del asiático (Rusia y parte de Asia Menor) y buena parte de África y Oceanía, si consideramos los países que lo tienen como primera o segunda lengua, a partir del proceso de colonización occidental de los últimos siglos.

Para completar este cuadro, faltaría solamente mencionar ligeramente aquellas grandes familias lingüísticas que nos interesan en forma secundaria por el hecho de  no  pertenecer el indoeuropeo a las mismas.

Ellas son, en Asia, la familia ural-altaica, que alcanza al grupo ugro-finés, en el territorio de Finlandia y Hungría, y el grupo osmanlí, en la Turquía europea y asiática. Los demás grupos (mongólico, tunguso y samoyedo) se extienden por el continente asiático, continente al cual también pertenece la familia austro-asiática, con sus grupos chino, tibetano, siamés y birmano.

En África y Oceanía, la familia hamito-semítica tiene como principal elemento el grupo árabe (y el hebreo), y la malayo-polinésica, el malayo.  

Hay, finalmente, además de estas grandes familias lingüísticas, numerosos grupos de lenguas aisladas sobre todo en América, cuyos idiomas han influido históricamente en algunas ramas de dichas familias.

 

BIBLIOGRAFIA INTRODUCTORIA RECOMENDADA

BENVENISTE, E. Vocabulario de las instituciones del indoeuropeo, México, 1983, Taurus  

LOCKWOOD, W.B. Filología Indoeuropea, Buenos Aires, 1978, Eudeba

MARTINET, A. De las estepas a los océanos: el indoeuropeo y los "indoeuropeos". Madrid, 1997, Gredos

NENADIC, R., POZZI, M., DAUJOTAS, G. El latín y las lenguas indoeuropeas, Buenos Aires, 2003, Universidad de Buenos Aires, Facultad de Filosofía y Letras, Cefyl

ROBERTS, E. A., PASTOR B., Diccionario Etimológico Indoeuropeo de la Lengua Española, Madrid, 1996, Alianza Editorial

RODRIGUEZ ADRADOS, F., BERNABE A. y MENDOZA J. Manual de lingüística indoeuropea, Madrid, 1995, 3 tomos, Ediciones Clásicas

VILLAR, F. Los indoeuropeos y los ogenes de Europa, Madrid, 1996, Gredos

 

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