por
Elisabet Papazoí, Ministro de Cultura de Grecia (Febrero, 2000)
(versión
bilingüe; al pie, más info biográfica)
Tsaroújis
(Tsarouchis, 1910-1989), uno de los artistas griegos de mayor importancia, fue al mismo
tiempo el pintor griego más amado del siglo XX. Su reputación y su inmensa
popularidad, inusuales para un artista plástico, se deben no solo a su obra
sino a su personalidad en general.
Como
artista y como intelectual fue identificado por el público con el concepto de
“Grecidad” tal como era vivenciado y promovido ideológicamente durante las
primeras décadas de la post-guerra. Podemos reconocer en su pintura, fácilmente
percibida y altamente familiar, la imagen de Grecia y el griego contemporáneo.
Sin
embargo, lo que en su pintura consideramos nacional fue el resultado de una
mezcla de elementos culturales y referencias del Este y el Oeste en su
desarrollo histórico. Tsarújis, como los otros miembros de la “generación
del ´30”, a la cual pertenecía, se sentía desgarrado entre dos mundos
diferentes, dos conceptos diametralmente opuestos de pintura (el
Bizantino-Oriental y el Renacimiento), dos diferentes tipos de música (amaba
tanto a María Callas como a la cantante de rembétika
Sotiria Bellou), y dos diferentes formas de vida. Tsarújis convirtió en
arte a esta oscilación creativa.
En
última instancia, se podría decir que su pintura resume el dilema estético
que fecundó la mayor parte del pensamiento y prácticas visuales del siglo que
dejamos atrás. En efecto, su estado de suspensión entre el Este y el Oeste
refleja el dilema de arte griego contemporáneo, entre lo nacional y lo
internacional, entre lo moderno y lo no moderno, en el sentido que el arte
universal del siglo XX le dio a la palabra. Un dilema que los artistas griegos
de hoy enfrentan con menos culpa que la generación de Tsarújis y quizás sin
la necesidad de “legitimar” etnocéntricamente sus opciones artísticas.
Elisabet Papazoí
YANNIS TSARUJIS
versión
original griega: Ο
Τσαρούχης, από
τους
σημαντικότερους
Έλληνες
καλλιτέχνες,
υπήρξε
συγχρόνως και ο
δημοφιλέστερος
ζωγράφος του
αιώνα μας. Τη
φήμη και την
ευρύτατοι
δημοτικότητά
του, πράγμα
σπάνιο για
εικαστικό
καλλιτέχνη,
οφείλει όχι
μόνο στο έργο
του αλλά και
στην εν γένει
προσωπικότητά
του. Ως
καλλιτέχνης
και
πνευματικός
άνθρωπος
ταυτίστηκε από
το κοινό με την
έννοια της «ελληνικότητας»,
όπως αυτή
βιώθηκε και
προβλήθηκε
ιδεολογικά τις
πρώτες
μεταπολεμικές
δεκαετίες.
Αναγνωρίσαμε
στην εύληπτη
και εξαιρετικά
οικεία
ζωγραφική του
την εικόνα της
Ελλάδας και του
σύγχρονου
Έλληνα. Ωστόσο,
αυτό που στη
ζωγραφική του
θεωρήσαμε ως
εθνική μας
ιδιοπροσωπία
ήταν το
αποτέλεσμα
μιας μίξης
πολιτιστικών
στοιχείων και
αναφορών από
την Ανατολή και
το Δύση στη
ιστορική τους
διαχρονία. Ο
Τσαρούχης, όπως
και άλλοι της
γενιάς του (της
περίφημης
γενιάς του ’30)
αισθάνεται
διχασμένος
ανάμεσα σε δύο
διαφορετικούς
κόσμους, δύο
ζωγραφικές
αντιλήψεις εκ
διαμέτρου
αντίθετες, τη
βιζαντινο-ανατολίτικη
και την
αναγεννησιακή,
δύο
διαφορετικές
μουσικές (αγαπάει
εξίσου την
Κάλλας και τη
Σωτηρία
Μπέλλου), δύο
διαφορετικούς
τρόπους ζωής.
Τη δημιουργική
αυτή
ταλάντευση ο
Τσαρούχης τη
μετατρέπει σε
τέχνη. Εν
τέλει, θα
λέγαμε ότι στη
ζωγραφική του
συμπυκνώνεται
το αισθητικό
δίλημμα, το
οποίο
γονιμοποίησε
δημιουργικά το
μεγαλύτερο
μέρος της
εικαστικής
σκέψης και
πράξης στον
αιώνα που
αφήνουμε. Ο
μετεωρισμός
του ανάμεσα σε
Ανατολή και
Δύση αντανακλά
κατ’ ουσίαν το
δίλημμα της
σύγχρονης
ελληνικής
τέχνης ανάμεσα
στο διεθνές και
το εθνικό, στο
μοντέρνο και το
μη μοντέρνο, με
τη σημασία που
έδωσε στην
έννοια αυτή η
παγκόσμια
τέχνη του 20ού
αιώνα. Ένα
δίλημμα που οι
σημερινοί
Έλληνες
καλλιτέχνες το
αντιμετωπίζουν
με λιγότερες
ενοχές από τη
γενιά του
Τσαρούχη και
ίσως χωρίς την
ανάγκη να «νομιμοποιήσουν»
εθνοκεντρικά
τις
καλλιτεχνικές
τους επιλογές. Ελισαβετ
Παπαζωή
Yánnis Tsarújis, pintor, escenógrafo, ilustrador y escritor griego,
nació en el Pireo el 13 de enero de 1910 y falleció en Atenas el 20 de julio
de 1989. De 1928 a 1934 trabajó como aprendiz en el taller de Fotis Kondóglu,
estudiando desde 1932 a 1934 en la Escuela Superior de Bellas Artes de Atenas.
Como la mayoría de los intelectuales de su generación, estuvo participó
activamente con el movimiento de arte popular y la búsqueda de la
“grecidad” en el arte. Viajó extensamente por toda Grecia, y fue a
Constantinopla (ahora Estambul) y Asia Menor, estudiando música bizantina,
pintura, manufactura textil y el tradicional teatro de sombras (karagiozis).
En 1935 fue a París, donde fue influenciado por Matisse y por Demetrios
Galanis. Luego de 1938 se ocupó realizó tanto escenografías como vestuarios
en el Teatro Nacional como en el Teatro Karol Kun de Atenas. Mientras prestaba
servicios en la Segunda Guerra Mundial realizó muchos bocetos de soldados,
quienes se convirtieron en su tema favorito. De 1941 a 1944 trabajó como escenógrafo
profesional para subsistir. También diseñó escenografías operísticas para
la producción de Franco Zeffirelli de Medea en Epidauros (Grecia) y en Dallas
(EEUU) para Alexis Menotis, siempre con María Callas en el papel protagónico,
y para producciones operísticas en la Scala de Milán, el Convent Garden de
Londres y el festival de Avignon en Francia. Es también de destacar su
contribución visual a la reconocida película “Rembétika”. Ilustró muchas
obras literarias y publicó numeroso ensayos sobre arte y teatro en general. En
1967 se mudó a París y en 1973 volvió para vivir a Atenas. Luego de su muerte
su hogar y estudio en Maroussi se convirtió en un museo. Es, sin lugar a dudas,
uno de los pintores más importantes y populares de la Grecia de los últimos
siglos.