Con acento en lo psicológico, la astrología llega a 2011
como un buen plan para indagar en uno y, así, comprender mejor a
los otros
Desde sus orígenes, en la
astrología hubo un intento del hombre por armonizarse con los
ciclos de la naturaleza y con ese marco más amplio que incluye
el cosmos, los ciclos planetarios o la relación con las
estrellas. "Esta relación es espiritual, porque significa que
somos una parte de ese microcosmos y macrocosmos. En algo se
parece a la ecología, pero más todavía a la idea y a la
etimología de la palabra religión; en el sentido de religar, o
sea que hay una reunión, una religación del hombre y su entorno
en lo inmediato y en lo trascendente; que hay un plan superior
al que respondemos y del que somos parte", reflexiona Jerónimo
Jerry Brignone, docente, investigador y director de la Fundación
Centro Astrológico de Buenos Aires.
Considerar. "La astrología comenzó como una práctica científica,
pero sobre todo religiosa. Hoy habita un mundo más laico, pero
le da al hombre moderno, muchas veces angustiado, la posibilidad
de restablecer esta religación, esta posibilidad de una vivencia
trascendente en un marco que nos permite abrirnos a otra
dimensión. La certeza de la existencia de una inteligencia
superior y buena que uno puede identificar con el Dios de las
religiones monoteístas", agrega.
Silencio interior. "Por otro lado, la astrología moderna pone un
fuerte énfasis en el aspecto psicológico -sigue el
investigador-. Por lo tanto brinda una gran oportunidad de
autoconocimiento. Y en el autoconocimiento, cuando uno lo piensa
por el camino socrático, búdico e incluso el agustiniano, por
citar tres corrientes filosófico-espirituales, cuanto más
indagamos dentro de nosotros y cuanto más nos reconocemos, nos
aceptamos más y podemos comprender mejor a los otros. Pero
también conocer mejor y escuchar ese silencio interior que tiene
una dimensión divina."
Boicot. "En mi caso fui criado en el catolicismo, y cuando era
chico tenía fuertes vivencias religiosas. Pero una parte de mi
ser era racional, escéptica, y sufría mucho por que tenía
anhelos místicos que eran boicoteados por esa duda sistemática.
Necesitaba, como Santo Tomás, una prueba tangible de la
existencia de lo trascendente. La tuve a los 22 años, cuando
descubrí la astrología, que me restituyó la certeza y, por lo
tanto, la tranquilidad de que hay un plan superior, un orden
sobrenatural. Fue para mí una salvación, me devolvió la paz
interior."
Sintonías. Históricamente la astrología tuvo una función
predictiva, pero la idea no era el temor al futuro, que en el
fondo es como un miedo a la vida. "Predecir tiene que ver con
tratar de comprender ese orden en el que estamos inmersos para
poder sintonizarnos con él. Hay personas que hacen predicciones
sin tener conocimientos, pero hay también gente que lo hace a
partir de estudios serios, pero quedándose en el aspecto
predictivo, sin dar algo tan fundamental como un conocimiento
del cómo y el para qué de ese proceso, y cuáles son sus
enseñanzas y las oportunidades que implican." En muchas culturas
de todos los tiempos, las religiones tuvieron y tienen una
relación armónica con la astrología, como en la India. En
Occidente, en cambio, la relación fue más compleja y durante
2000 años tuvo momentos de aceptación y práctica, y otros de
alejamiento y condena.
Mensajes orientadores. "Cuando los antiguos miraban el cielo
estaban horas contemplando las estrellas. Los astrólogos
modernos no necesariamente observamos las estrellas, pero
estamos en una profunda actitud contemplativa respecto de los
símbolos astrológicos y de cómo se van correspondiendo con
nuestra realidad interior y exterior. Tal vez parte de nuestra
misión sea transmitir esa visión a otras personas que no son
conocedoras de la astrología ni de sus mensajes orientadores",
concluye Brignone.
LECTURAS
La astrología como ciencia
oculta, Oskar Adler.
Manual de técnicas de síntesis astrológica, Jerónimo
Brignone.
Astrología, karma y transformación, Stephen Arroyo.
Zen en el arte del tiro con arco, Eugene Herrigel.
Fragmentos de una enseñanza desconocida, P. D. Ouspensky.
DIRECCION
Jerónimo Brignone es director de
la Fundación Centro Astrológico de Buenos Aires (
www.astrolcaba.com.ar ), entidad mundialmente reconocida que por
estos días cumple 50 años. Es licenciado en Letras egresado de
la Universidad de Buenos Aires, donde ejerce la docencia.
Estudioso y difusor de la cultura griega es, además, músico,
actor, autor y director teatral. Desde hace 25 años participa en
actividades astrológicas, congresos, publicaciones y programas
de radio y televisión.
ENCONTRAR LA ESTRELLA
Varias culturas consideraron y
consideran que cada uno tiene una estrella como guía personal
que acompaña, orienta y conduce su vida. Es muy estimulante y
enriquecedor el buscar y elegir la estrella personal. Sólo hay
que esperar una noche particularmente despejada, elevar el
estado general con pensamientos y sentimientos positivos, y
abrir la percepción a la inmensidad del cielo estrellado,
esperando que él solo hable. En algún momento una estrella
atrapará la atención más que el resto, y no necesariamente por
ser más brillante. Hay que contemplarla en silencio,
contactándose plenamente con su luz y su ser, y permitirse que
la comunicación se torne cada vez más profunda e intensa,
dejando que transmita todo lo que en ese momento tenga para
revelar. Se debe tratar de recordar su emplazamiento respecto de
las estrellas que la rodean, para que luego, cada vez que se
tenga un problema o se sienta la necesidad, se pueda acudir a la
propia estrella para contemplarla y buscar sosiego y
orientación.
Link corto: http://www.lanacion.com.ar/1351910-prueba-de-lo-trascendente
LA NACION | 13.08.2006 | Página 14 | Espectáculos
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